Ainize huyó de Artziniega hace doce años para escapar de la oscuridad que habitaba en su casa familiar y en su propia mente. Ahora, la llamada que anuncia la muerte de su padre la obliga a regresar al caserón y al valle donde siempre llueve. Allí deberá enfrentarse a la maldición que persigue a los Agirregoitia, a secretos que nunca cicatrizaron y a un amor que creía enterrado. Volver nunca fue tan peligroso.